29 septiembre 2015

Cómo entender la victoria del NO

POLÍTICA | ANALIZAR LO QUE HA SUCEDIDO EN EL RECIENTE REFERENDO ES IMPRESCINDIBLE PARA ENTENDER LOS SIGUIENTES PROCESOS ELECTORALES. FALTAN CINCO MESES PARA EL SIGUIENTE REFERENDO.

¿Qué significa que haya ganado el NO para las regiones que votaron en el reciente referendo autonómico, cuando aparentemente se esperaba que gane el SI? ¿Cómo explicar el vuelco?

¿Qué significa el NO no sólo para las autonomías sino para el gobierno del Presidente Morales?

Estas preguntas están hoy en boca de muchos. Y los expertos hacen lo posible por esclarecer lo que ha sucedido y sus consecuencias.

Con la ayuda del analista Jorge Lazarte*, tratamos de entender qué sucedió el pasado 20 de septiembre pasado, en una elección marcada por el ausentismo (algo muy extraño en las y los bolivianos que son reconocidos por su predisposición democrática a elegir mediante el voto), y también marcada por la desinformación, elegida o no. En este sentido muchos prefirieron no informarse y votar por consigna y otros no lograron informarse, así que votaron casi al azar. Hasta el cierre de esta edición, en la mayoría de las mesas había ganado el NO. Y esto ha sido interpretado de distintas maneras.



¿POR QUÉ EL NO?

Un primer dato curioso es que el NO ha ganado en aquellos departamentos que votaron en contra de la autonomía en 2006, dividiendo a Bolivia entre regiones autónomas (Oriente) y no autónomas (Occidente). En ese entonces el MAS llamó a votar por el NO.

En el NO actual hubo ciertamente una suma de factores no todos igualmente importantes. En primer lugar las condiciones del voto. En democracia no es importante sólo el voto, sino las garantías bajo las cuales se vota, que son más relevantes. También los romanos votaban y se vota en Corea del Norte, y en Bolivia se vota desde la colonia. En el proceso del referendo se incurrieron en falencias inaceptables desde el punto de vista de los estándares internacionales mínimos que califican si un proceso puede ser considerado democrático.

Por un lado, se votó con un padrón biométrico que hasta ahora no ha sido auditado aunque siempre se asegura que lo será “después de la siguiente elección”. Y esto dura desde hace cinco años, cuando desde el organismo electoral se detectó que había un hueco de aproximadamente medio millón de registros en ese padrón que no tienen base en el registro civil, y aproximadamente un millón de documentos de identidad duplicados, que contaminaron el Padrón. Es decir un registro de votantes no depurado debidamente.

Del otro, violaciones a principios democráticos y constitucionales. La Ley de Régimen Electoral y el reglamento de referendos obligan a registrarse para hacer campaña electoral. Esta prohibición contradice el derecho fundamental de la libre expresión y participación que están en la Constitución. En Cochabamba y La Paz, por ejemplo sólo se hizo campaña por el Sí, y se prohibió la campaña por el NO, con la amenaza desde el gobierno con procesos judiciales a los que intentaran hacerlo. Esto es insólito, y contrario a los estándares internacionales para considerar una consulta como democrática, y viola convenciones internacionales. El Tribunal Electoral prefirió aplicar esta regla violatoria de la Constitución en lugar de dejarla en suspenso con cargo a una consulta al Tribunal Constitucional respecto a la inconstitucionalidad de esta disposición legal, que es lo que se haría en una democracia con Estado de derecho. Lo que antes se hacía a palos ahora se hace por medio de la ley.

Además las preguntas del referendo deben ser imparciales, sin sesgo, como es de rigor en cualquier país serio y con instituciones responsables, y la fórmula debe ser del mismo tenor en los cinco departamentos que votaban lo mismo, pero no fue así. En Oruro y Potosí las preguntas fueron distintas y tenían un sesgo ya que se agregó a la pregunta de si se estaba de acuerdo o no con aprobar los estatutos autonómicos, el que estos además habían sido “declarados constitucionales” por el Tribunal Constitucional. De acuerdo a Jorge Lazarte esta adición era inadmisible porque inducía a la votación por el SI. El TSE debió corregir estas preguntas, pero no lo hizo, y se no se hizo control de constitucionalidad de la pregunta, por analogía con otros referendos que tienen esta obligación constitucional.

A ello se suma el hecho de que un porcentaje muy alto de la población estaba poco o nada informada sobre los contenidos de los Estatutos, lo que quizá explique que las colas para demandar certificados de exención son más largas que las que habían para votantes. Y sin embargo, los votantes superaron el 50%. Las otras fallas eran ya las habituales entre nosotros, a pesar de los treinta años que se vota y no se corrige.

Sin embargo, de acuerdo a Jorge Lazarte, el hecho de que el gobierno se hubiera implicado en este referendo, primero porque los estatutos fueron aprobados por la mayoría del MAS, y porque el MAS y el Gobierno entraron en campaña por el SI, le dieron al referendo una peculiaridad.

“Al implicarse el Gobierno, la campaña comenzó a tener un giro distinto: había que votar en favor o en contra del MAS( cuya imagen esta desportillada por escándalos de corrupción muy extendida). Por ello es que el referendo tuvo un sentido fuertemente plebiscitario”, explica

Lazarte. “La gente, aún sin informarse, y quizá sin interés en informarse, ya sabía cuál sería el signo de su voto. De este modo la victoria del NO fue una derrota para el gobierno, que después de varias horas para reponerse, intentó con un galimatías explicar que en realidad la derrota quería decir que el NO debía ser entendido como que la población de los cinco departamentos rechazaban la autonomía y preferían un “Estado fuerte y centralizado”, a tono con las aspiraciones jacobinas íntimas de los que hacen galas de que son el poder.

Por último, con el referendo se entremezcló una segunda campaña, que le dio una dimensión que no la tuvo en todas las elecciones no nacionales anteriores que para el MAS tampoco fueron muy gloriosas. Y quizá esta es la lección mayor, que puede pesar hacia adelante y alcanzar al mismo presidente, y no sólo al MAS.



MÁS QUE UN REFERENDO

El error estratégico del Gobierno, y por un cálculo político equivocado, fue haber mezclado la campaña por el SÍ con la campaña paralela en favor de la reelección, a la que siempre fue reacia y opuesta mayoritariamente la población boliviana, antes y ahora. Por ello es que la mayor parte de las constituciones anteriores prohibían las reelecciones, porque terminaban catastróficamente.

Entonces podría comprenderse que mucha gente hubiera votado por el NO, porque lo asoció con la tercera reelección, lo que podría anticipar la derrota del próximo referendo que se realizará en febrero de 2016, que puede afectar esta vez sí al mismo presidente, impidiendo la reelección de Evo Morales. “Si fuera así, sería el principio del fin del MAS”, dice Lazarte. Quizá por ello se está pensando ahora en hacer votar a los bolivianos en el extranjero, que el gobierno puede controlar desde los consulados, en un referendo que según la ley es sólo “nacional”. En todos los referendos anteriores los bolivianos residentes fuera del país nunca votaron en este tipo de consulta.



¿Esto quiere decir que el MAS no tiene otros líderes que puedan postularse? Según el analista el asunto no es que el partido oficialista tenga o no líderes. Los líderes siempre se pueden reemplazar. Los caudillos no. “Evo Morales es el único con capacidad de hacer que el MAS no estalle internamente en feudos de poder con intereses diferentes y hasta contrapuestos. ” En general se confunde líderes con caudillos. Los caudillos no se pueden fabricar, y tiene una cualidad única que se llama carisma, que los sitúa, por así decirlo, por encima de lo ordinario, y crea una devoción casi religiosa en sus seguidores.

Los líderes se hacen y expresan voluntades colectivas episódicas, y son producto de ciertas reglas preexistentes. Los caudillos fijan sus propias reglas, y mantienen una relación directa, personalizada y fuertemente emotiva con sus seguidores. En este sentido los caudillos son uno de los obstáculos mayores de los partidos en tanto estructuras a las que no se someten y además tienen contacto directo con sus seguidores por encima de las estructuras partidarias.” En realidad el MAS tampoco tiene líderes, que son propios de la democracia, y lo que hay son aspirantes a caudillos locales con bajo perfil, que conjugan bien con la tradición autoritaria del país. Este es un problema orgánico del MAS, que depende tanto de su caudillo, que no se pueden imaginar sin él. Así, lo que es fuente de fortaleza es a la vez su profunda debilidad.

Por ello es que los líderes se pueden reemplazar, y no los caudillos. “Evo Morales es irreemplazable”, dice el analista, “Evo Morales es el único con capacidad agregativa en el MAS”.



¿QUÉ PASARÁ AHORA CON LAS AUTONOMÍAS?

En el fondo poco y los efectos del NO serán escasos, salvo los políticos, dice Lazarte. Durante la campaña se le quiso hacer creer a la gente que con los estatutos tendrían más autonomía, lo que es falso. Un estatuto no puede ir más allá de lo que la ley dice, y la ley no puede ir más allá de lo que dice la constitución, que ya fija el diseño y competencia de las competencias. Seguramente el gobierno se mostrará poco cooperativo en proyectos compartidos.

Las asambleas departamentales han estado funcionando sin estatutos. No necesitaban de ellos para funcionar en régimen autonómico. La parte financiera de esto depende del pacto fiscal, que tampoco depende de los estatutos. Por ejemplo las asambleas legislativas pueden fijar impuestos departamentales, de acuerdo a la Constitución. Muchos de los proyectos productivos pueden también aprobarlos y ejecutarlos sin necesidad de estatutos. Ciertamente pueden ser útiles para ordenar mejor la institucionalidad departamental autonómica, pero no es razonable que para ello tenga que pasar por un referendo, y necesite de otro para modificarse. “En la modificación de los estatutos rechazados de La Paz se está presupuestando cerca de 25 millones de bolivianos. Es un gasto enorme de recursos que podían ahorrarse. Y faltan decenas y decenas de estatutos o cartas orgánicas que deben pasar por referendo. Esto es un absurdo.”

¿Y en todo esto que hizo la oposición? En realidad nada. La victoria no es de ella. Calculó desde su debilidad, y creyó falsamente que podría ganar el SÍ y prefirió callar. Le faltó coraje para oponerse, y así es difícil hacerse creer.



REELECCIÓN, APROBADA

La Comisión Mixta de Constitución de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) aprobó el pasado martes por la tarde, en grande y detalle, el proyecto de ley para la modificación parcial de la Constitución Política del Estado, que permitirá la repostulación del presidente Evo Morales y del vicepresidente Álvaro García Linera, en las elecciones de 2019, informaron fuentes oficiales.

Los movimientos sociales encabezados por la Central Obrera Boliviana (COB) y la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM) presentaron ese proyecto de ley para su debate como una iniciativa legislativa. El proyecto de ley de reforma parcial de la Constitución Política del Estado, contempla dos artículos: el primero referido al objeto de la Carta Magna y en el segundo artículo, establece la reforma al artículo 168 de la actual CPE, ampliándose la repostulación y reelección del Presidente y Vicepresidente, "de una vez a dos veces". El proyecto de Ley contempla una disposición transitoria única, la cual aclara que el primer período de elección del presidente Evo morales y del vicepresidente Álvaro García Linera, corresponde al período 2010 al 2015, la primera reelección sería del 2015, al 2020 y una segunda reelección, si acaso el pueblo boliviano así lo decidiera, llegaría del 2020 al 2025. (ElPotosí.net)





EL ANALISTA

Jorge Lazarte es Doctor (PhD) en Ciencia Política por la Sorbonne Nouvelle, fue profesor y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Asesor Académico de la Escuela de Altos Estudios Nacionales, investigador asociado del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales y asesor de la Comisión de Reforma Política y del Estado, del H. Congreso Nacional, asesor de la vicepresidencia de la República, vocal de la Corte Nacional Electoral y delegado presidencial en Asuntos Políticos. Fue vicepresidente de la Asamblea Constituyente de Bolivia. Ha sido profesor invitado por la Sorbonne Nouvelle de París, profesor asociado de las Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica Boliviana, miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y profesor invitado por la Universidad de Salamanca de España. Ha escrito publicaciones diversas, sobre sistemas políticos, procesos electorales, reforma institucional, partidos, cultura política y democracia. Acaba de publicar un libro sobre la “Reforma del ´experimento´constitucional en Bolivia”.

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